Querida Amaranta
He decidido escribirte, justo después de la "accidental" muerte de Remedios, y lo pongo entre comillas porque, al final, nadie más se ha enterado que tú has sido la culpable de su deceso.
Nadie más que tú y yo, por supuesto.
No puedo decir con certeza cuál es la razón por la que has llegado a este punto. ¿Han sido los celos al ver a tu hermana ser feliz con alguien? ¿Ha sido la ansia de estar al lado de Pietro, incluso sabiendo que él no estaba enamorado de ti? ¿O puede ser la rabia de ser rechazada y buscar por cualquier medio que los demás sean igual de infelices que tú?
Incluso le has quitado una parte importante a tu hermano Aureliano, quien comenzaba a encontrar una motivación de nuevo, al arrebatarle la vida a su amor justo cuando había pasado por encima de todos para conseguirlo.
Pero, puedes estar tranquila, tu objetivo se ha cumplido, se ha aplazado tanto la boda de Rebeca que le has dado tiempo a José Arcadio para llegar y arrebatar de los brazos de Pietro a la desesperada de tu hermana. Todo está a tu favor, y ahora puedes casarte por fin con Pietro.
A menos que te dejes llevar por tu soberbia de nuevo y le arruines también a él los planes para ser feliz. No serías tan descarada como para llevarlo a la locura, queriendo ver qué tan lejos llegaría por ti, ¿o sí?
Las decisiones que hiciste en el pasado tienen un peso que tal vez no podrás cargar después. Deberías pensar en eso.
Atentamente, Mariana.
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